Dos años y dos meses me ha durado un televisor que costó en diciembre de 2016 1400 euros. Panel sulfatado por orín de gato, dice el técnico. Y no me río porque la cosa no tiene gracia. Ni orín ni líquidos se han acercado a un televisor que ha permanecido en el mismo lugar desde que se instaló, limpiado siempre con paño seco, y sin gatos a la vista. Creo que se trata de un fallo en la fabricación de estos paneles, y por lo que he podido leer en este foro, el recurso de los técnicos de samsungo al gato que se orina, es fecuente. Me huele a cursillo de postventa de la marca para salir al paso del fiasco de este televisor. Resultado, aparato al contenedor de basura, y Samsung tachado de la lista por fraude. Me paso a LG. Con los 828 euros que me cobran por un panel nuevo ya tengo para empezar a buscar otras opciones que no incluyan gatos entre las causas de su mala producción.
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