Los Raqueros, personajes típicos santanderinos a quienes quiso dar vida el escultor José Cobo Calderón a través de este monumento anclado en Puerto Chico, el antiguo barrio pesquero de Santander.
Es un homenaje a los niños pobres que frecuentaban los muelles de Puerto Chico durante el siglo XIX y principios del XX. Estos muchachos, a quienes se les comenzó a nombrar con el apelativo “raquero”, tenían por costumbre lanzarse al mar en busca de las monedas que los tripulantes les arrojaban desde sus barcos. La mayoría eran huérfanos, por lo que dedicaban sus días a buscarse la vida a través de pequeños hurtos y de las propinas que recibían por recoger los objetos tirados al agua.